viernes, 13 de abril de 2007

Psicología arquetipica, astrología y autoestima













Genoma
humano o . o - o - o . oCarta Natal Astrológica




Hay muchos afluentes que nos llevan hacia el reconocimiento de nuestro ser-conciencia más profundo, hacia la experiencia de vivenciarnos más auténticamente, hacia el encuentro amoroso (autoestima) con cada uno de los niveles de nuestro ser a integrar y deseos en pugna que los conforman.
Citemos uno de éstos afluentes: “el proyecto del genoma humano”.
Es un logro humano, realmente digno de ser destacado, el que, a través de la investigación, el género humano, haya alcanzado reconocer que cada uno de nosotros, cada ser viviente, tiene un “mapa genético” único e irrepetible, en donde poder recavar información acerca de las cualidades orgánicas y tendencias físico-químicas que nos orienten acerca de posibles enfermedades, que, detectadas su potencialidad, podemos rectificar mediante tratamientos preventivos adecuados. Ya llegará el tiempo de la extensión de éste conocimiento a muchos humanos, de su uso cotidiano en la medicina “prepaga” y aún en las obras sociales. Aparte de tener nuestra “historia clínica”, tendremos el “mapa genético” de nuestro cuerpo a disposición de los médicos que nos atienden. Por ahora es solo una utopía (como lo fue años atrás el pensar en prótesis para roturas de cadera u operaciones de cataratas para mejorar la visión deteriorada, por dar dos ejemplos ). Aún se está en la etapa de control, de aquellos que esperan, con la apropiación (patentes y derechos de autor mediante) de ese conocimiento, detentar poder y hacerse de millones de clientes y dinero circulante. Pero el tiempo hace que los descubrimientos humanos tiendan a ser en mayor o menor tiempo y medida considerados “patrimonios de la humanidad”.
Todavía, y quizá por siempre, el ser humano se caracteriza por buscar conocimientos, y con ellos, buscar preeminencia por sobre otros(1). Es la vieja costumbre, natural por otro lado, de la lucha por la nombrada preeminencia o afán de poder sobre los demás (tanto es así, que aún hoy, algunos se arrogan el derecho de no darle a los niños, incluso ya a mayores de edad, el conocimiento del origen biológico de su existencia, negándoles u ocultándoles quiénes son o fueron sus padres biológicos.
Podemos decir, sí, que el derecho a reconocer nuestro origen biológico (quiénes son nuestros padres y también nuestro “mapa genético”), como el reconocer nuestra historia personal biográfica e histórica familiar y social (ya hablaré, más adelante del “mapa estelar” o Carta Natal Astrológica) es obra de nuestra decisión y responsabilidad de crecer y asumir una autonomía en la que podamos afirmarnos y fundar nuestra “historia de vida”.



Quizá conformarse, no es, simplemente, aceptar sumisamente lo que otros esperan o deciden por nosotros, sino que, con-formarse, sea participar activamente de nuestra formación-educación, junto con la dada por nuestros padres y cultura referencial, y ¿cómo hacerlo?, sino, conociéndonos a nosotros mismos física, psíquica y espiritualmente.
Y, es, conociéndonos a nosotros mismos como podemos crecer en autoestima, porque pregunto….
¿Se puede amar lo que no se conoce, o, más claramente, ese amor, esa autoestima deseada no aparecería con cierta desconfianza y/o temor ante surgimientos desconocidos de nosotros mismos?.
Creo en que se ama lo que se valora,
sólo se valora lo que entra dentro de una (mi-tu-nuestra) escala de valores,
y, sólo entra dentro de una escala de valores lo que se conoce;
lo que no conozco, aprendo y aprehendo queda fuera de mi mismo, como des-conocido, negado, reprimido, latente o como escribió, ya en 1959 Ricardo G. Mandolini Guardo en su, a mi entender, magnífica obra “Historia General del psicoanálisis. De Freud a Fromm” :

“…C. Jung llegó a admitir que en las neurosis podían ser factores
importantes lo sexual reprimido (Freud) y los impulsos de poderío
relegados (Adler), “no debe olvidarse –subrayaba- la religiosidad
reprimida, los dioses olvidados se transforman en enfermedades”,
estos dioses son los arquetipos.” (Pág. 209)

Hoy, año 2007 hemos avanzado mucho en variadas prácticas y técnicas para desarrollar y ampliar la experiencia de contactar con nuestro ser más auténtico. Se hace necesario hacer lugar a contextos en donde poder, a través de estudio y la práctica, conocernos más a nosotros mismos, valorarnos dentro de una escala de valores donde participen tanto la razón como la inteligencia emocional; la adecuación social objetiva como la sensibilidad emotiva subjetiva; la necesidad de supervivencia y el dinero necesario para la misma como las meta-necesidades de verdad, amor, justicia y convivencia cooperativa.

La Carta Natal Astrológica es nuestro “mapa energético”, nuestro mapa de energías arquetípicas, nuestros “dioses olvidados”, nuestras sub-personalidades( el Rey/ reina; la/el Amante, el Guerrero/a, el sabio/a, la Guía interior, el médico (la capacidad autocuradora del ser humano, su capacidad organísmica), el niño/a divino/a y otros). Ellos son nuestras fuerzas internas, nuestras potencialidades, que, en la medida que se las atiende y sienten, respetan y hacemos más concientes, se manifiestan más fluidamente. Su estudio, comprensión y la mayor capacidad de contacto con estas fuerzas internas nos brinda la oportunidad de sentir que, más que defendernos, reprimirlas o resistirnos a ellas, es, conociéndolas y dándoles cabida en nuestra vida “democráticamente”(2) como hallaremos mayor armonía, menos temor y reactividad frente a los demás y más confianza en la vida.
Conocernos a nosotros mismos nos abre la puerta a amarnos a nosotros mismos por “lo que somos”, y no, por lo que los demás, a veces por su conveniencia competitiva, quieren que seamos.
Conocernos a nosotros mismos es amarnos.
Amarnos a nosotros mismos es reconocernos.
Así, tanto el estudio de “nuestro mapa genético” (cuando sea accesible); como el estudio de “nuestro mapa psíquico” (según variadas orientaciones y escuelas psicológicas); como el estudio de “nuestro mapa astrológico” (la Carta Natal, o mapa de energías arquetípicas) conforman un “mapa-trino integrado” donde obtener información de nuestro cuerpo, psique y alma que nos guíe a través del viaje hacia el encuentro amoroso con nosotros mismos. La tan necesaria Autoestima.
Hasta el próximo encuentro.

(1) Existe otra costumbre en el ser humano, también natural, que es el deseo de compartir conocimientos, dones, recursos, amor y buenas noticias.

(2) Es saludable dar lugar, “democráticamente”, esto es ser concientes, de todas nuestras tendencias, sino aquellas que se sientan desplazadas y negadas se opondrán y obstaculizarán a las aceptadas y elegidas como las mejores. Y digo democráticamente y no “integralmente” para hacernos reflexionar sobre la analogía que existe entre el sistema social y el sistema psíquico.



Javier Ignacio Álvarez
Consultoría psicoastrológica
javieralvarez2010@gmail.com


1 comentario:

MayaTime dijo...

Palabras sabias. Los Dioses de la Sincronicidad son los órganos del Alma… :)